Me entusiasma mucho ver como poco a poco han ido incrementándose las tiendas artesanales, que construyen un nuevo nicho de mercado, donde la calidad es la que mueve hacia la cultura del café de especialidad.
Puedo empezar por decirles que en relación con el mundo del café, que ahora abarca todo mi tiempo, tostar café fue mi primer acercamiento y con mi primer tostadora, amor a primera vista.
Luego de ejercer por más de 20 años la profesión de diseñador y editor gráfico, de atender a mis clientes y amigos en un café de la esquina de mi empresa, donde se tostaba a diario el café de esta tienda, se recibían sacos de café de Colombia que siempre me han parecido hermosos, se respiraba siempre aroma de café recién tostado; me distraía viendo cómo se procesaba, empacaba, salía y entraba café todo el tiempo.
Aunque no tenía ningún conocimiento de ese mundo que me atraía tanto, tostar café no me intimidaba, me sentía tan emocionado que no me daba cuenta, como a sus dueños terminaba importunando primero con la insistencia en que me vendieran la tostadora…
Ver la entrada original 625 palabras más