No siempre al saborear un buen café se llega a ser felíz.
Esto me ocurrió el día que Magda Aragón me hizo llegar su café con un plus, el libro de reportajes de Pablo Navarrete a los amigos y familia de Nina Pizarro, con quién inicie mi pasión, aventuras y dedicación al tema.
A Nina la conocí en el año 2002 cuando estaba cerrando la tienda de café de Willys Coffee, que me sirvió de preámbulo para junto a Ismael Vanegas (de Café y Equipos) iniciar las capacitaciones con el nombre de Escuela Colombiana del Café, la cuál funcionó durante cerca de 5 años bajo ese nombre.
Desde cuando nos conocimos hubo gran empatia, que se transformo en una gran amistad y cariño mutuo. Ella ya estaba enrumbada en hacer de la región donde había adquirido su finca, una región destacada en la calidad y contribuir sin desmayo en la capacitación de su gente. Paralelo y esto realmente facilito mucho las cosas, nos reunimos con varios profesionales del café a finales del año 2005 y armamos el Grupo Café Colombia, integrado por Nina Pizarro, Claudia Rocío Gómez, Carlos Arturo Arévalo, Magda Aragón y por mi (Parmenio Angarita), con el cuál pudimos conocer varias regiones del país, transmitiendo la importancia de la educación y capacitación a todo nivel para el logro y reconocimiento del café de especialidad.

El café de Guayatá que gracias al tezón y entrega de Nina se reconoció como «exótico», fue el trabajo de sus años de lucidez y entrega a esa zona de Boyacá, conocida también como el Valle de Tenza, que por sus características naturales, geológicas y de varietales de respeto como el Típica, la han hecho atractiva a muchos compradores foraneos. Muchos japoneses y europeos conocen y disfrutan este café hoy en día.
La asociación de mujeres campesinas impulsada por Nina, fue también la semilla de la organización que posteriormente se dió con la Cooperativa de Guayatá y su éxito animó a varios caficultores a sacar su marca propia y hasta a abrir tienda cafetera en este pueblo de las montañas de Boyacá.
Nina Pizarro será recordada siempre con cariño y respeto, por todo este pueblo que la vió llegar a convertirse en lider caficultora huyendo de la guerra y de los infortunios de la misma en su familia.
Yo siempre la recordaré como ese ser que daba todo por los demás, sin esperar nada. Sus apuntes inteligentes y sonrisa hermosa, espero me acompañen siempre cuando tome un café excelente como el café de Guayatá. A todos mi amigos les recomiendo adquirir el libro y de ser posible ese café de origen boyacense.
Mis mejores deseos por el bieestar y mejoría de mi amiga.
Me interesa este café cargado de historia
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Es un gran café sin lugar a dudas
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